Una dieta balanceada debe incluir la carne como uno de los alimentos principales. Las carnes son la principal fuente de proteína y muchos minerales. Las carnes suelen contener gran cantidad de requerimientos proteicos y vitamínicos que una persona necesita.
Sin embargo, no todas las carnes nos aportan los mismos beneficios. En el mejor de los casos, lo mejor es optar incluir a nuestra dieta tanto las carnes rojas como las carnes blancas.
Carne de vaca
La carne de vacuno es el tipo de carne más común. Esto se debe a su sabor jugoso y delicioso. Este tipo de carne es alto en proteínas, por lo que se recomienda comer por lo menos una vez a la semana. La carne de vaca también es rica en B12 y B6.
Adicionalmente, es el tipo de carne que contiene mayor cantidad de hierro, un mineral encargado de la oxigenación y de la formación de glóbulos rojos y la hemoglobina. El consumo regular de carne roja es una de las mejores formas de evitar la anemia, sobre todo durante el embarazo.
La carne roja también es rica en zinc, lo que ayuda la cicatrización de la piel y la creación de la hemoglobina. También contiene ácido oleico, que es bastante saludable. Si esta carne se consume de manera adecuada, puede llegar a ser muy beneficiosa para la salud.
Carne de cerdo
En su mayoría, la carne de cerdo está constituida por carne blanca. Este tipo de carne se utiliza para diferentes tipos de comestibles como salchichas, jamón y bacón. Una de las grandes ventajas del cerdo es que casi todas sus partes son aptas para el consumo humano desde la cabeza hasta el rabo, incluyendo las extremidades.
El cerdo tiene cantidad importantes de tiamina, una vitamina importantísima en el metabolismo y en la circulación de la sangre. También son ricas en zinc y selenio, que ayudan en el fortalecimiento del sistema inmunitario. Contiene hierro, fósforo, magnesio y potasio.
A diferencia de lo que muchos piensan, la carne de cerdo es baja en grasas. Cuentan con un porcentaje de grasa por debajo del 5%. En sus grasas predomina los ácidos grasos poliinsaturados y monoinsaturados. Otra ventaja es que mucha de su grasa puede eliminarse fácilmente.
La carne de cerdo debe cocinarse con cuidado por sus riesgos de transmitir bacterias o enfermedades. Asimismo, la cantidad de grasa que contenga dependerá del corte y del tipo de cocción con que se prepare.
Carne de oveja
La carne de oveja y la de cordero son el tipo de carnes más saludables dentro de toda la lista. Esto se debe a sus altas concentraciones de selenio, zinc y las vitaminas B. También tiene excelentes proporciones de omega tres y omega seis. Es rica en proteínas y contiene una excelente cantidad de grasa. Además, es más suave que la carne de ternera. Sin embargo, en comparación a otros tipos de carnes, la carne de oveja y de carne son más costosas.
Carne de Buey
La carne de buey también entra dentro de la categoría de las carnes rojas. En este tipo de carne, predomina el hierro. Además, contiene otros minerales como potasio, fósforo, selenio, zinc y diversas vitaminas del complejo B como: B1, B2, B3, B6 y B12.
La carne de buey es una de las mejores carnes rojas. Es una carne magra y compacto, abundante en su aporte de proteínas. La caracteriza un color rojo intenso, tiene grasa entrevenada y su sabor es más intenso al de origen vacuno. Su textura y su sabor también son mejor que la carne de vacuno. La carne de buey se considera una carne de alta calidad.
Carne de aves
Cuando hablamos de carne de aves, incluimos aves la gallina, el pollo, el pavo y el pato. Este tipo de carne también son altas en proteínas, sin embargo, destacan por ser altas en nutrientes pero bajas en calorías. Otra característica de la carne del pollo es que es de fácil digestión.
En las carnes de aves, como en la del pollo, la mayor concentración de grasa se encuentra en la piel. Así que se puede reducir considerablemente al retirar la piel.
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